Testimonios
Soy una mujer divorciada y en el paro, que decidió acudir al Despacho Ley de Segunda Oportunidad Barcelona.
Tras estudiar mi situación, me recomendaron atenerme a la Ley de Segunda Oportunidad. Mi deuda era de 78.000€ con una entidad financiera y no podía pagarla porque estaba en el paro. Después de revisar la documentación se dieron cuenta de que la totalidad de la deuda provenía de los intereses de una cláusula abusiva
Desde el primer momento me dijeron cómo defenderían mi caso querían eliminar los intereses que dependían de una cláusula abusiva.
Se centraron en anular esa cláusula abusiva y sus intereses, y lo consiguieron.
Mi deuda se redujo a 24.000€ pero yo aún era incapaz de pagarla. La solución pasó entonces por negociar con los acreedores, en este caso, las entidades financieras y lograron hacer un plan de pagos durante 5 años con una cantidad de 300€ al mes que si podía pagar.
Llevaba muchos años ahorrando para abrir un negocio con mi mujer que creíamos que podía ser muy rentable. La crisis nos cogió por sorpresa y tuvimos que cerrar al poco de abrirlo. Me quedó una deuda de 123.000€.
En 2016, apenas nos podíamos levantar de ese gran bache económico y emocional. Los ingresos que teníamos eran bajos a pesar de que ambos trabajábamos. Ante la imposibilidad de hacer frente a los pagos de la deuda, y con el riesgo a perder nuestra casa, decidimos acudir al despacho Ley de la Seguna Oportunidad de Barcelona.
“Al principio teníamos ciertas reticencias sobre la Ley de Segunda Oportunidad” porque no la conocíamos en absoluto y meternos en procedimientos contra los bancos nos parecía algo utópico. Siempre hemos visto que los beneficiados de todo eran las entidades financieras, y no queríamos entrar en una ‘guerra’ perdida”.
Nuestros abogados intentaron en primer lugar renegociar la deuda con los acreedores. Como tantas veces, la posición de los bancos era tan fuerte que no se avinieron a negociar en unas condiciones aceptables.
Finalmente consiguieron la quita de una parte de la deuda, además de paralizar los embargos que los bancos estaban iniciando contra nosotros. La deuda se redujo a 40.000€, que acordamos pagar en 4 años. Nuestra nueva situación laboral, si no hay cambios, nos permitirá pagarla. Nos va a costar mucho esfuerzo, pero al menos podremos despojarnos de una deuda que se hacía imposible de pagar.